Por medio de numerosos estudios se ha podido demostrar que, cuando las mujeres nos sentimos acompañadas y apoyadas durante el momento del parto, todo resulta mucho más sencillo y nos encontramos con muchas menos intervenciones. Las doulas somos madres que hemos vivido y vivimos nuestra maternidad de una forma consciente, y de este modo podemos compartir nuestra experiencia y nuestros conocimiento con otras mamás. Para ello es importante que tengamos un conocimiento de la fisiología del parto, de la del nacimiento y la lactancia.

La palabra doula es de origen griego y era la forma de denominar a la esclava principal de la familia en la Grecia antigua; según parece, esta mujer era la que ayudaba a la señora durante los partos. En la actualidad, se ha dado un giro al significado y lo usamos para referirnos a una mujer, generalmente mamá, que proporciona a otras futuras madres acompañamiento físico y emocional en el embarazo, parto y post parto.


La doula durante el embarazo. Nuestra labor es apoyar e informar a la futura mamá sobre todo lo que tenga relación con el embarazo, como la alimentación, las cosas que necesitará el bebito o hábitos saludables en este periodo. Por otro lado intentaremos resolver todas las dudas que pueda tener la futura mamá. Para ello tendremos que hacer algunas visitas al domicilio de la familia y saber cuáles son sus deseos y sus costumbres. De este modo surgirá una relación de confianza entre la doula y la mamá o los papás.

La doula durante el parto. Nuestra  función aquí es quedarnos en un segundo plano, apoyando desde el plano emocional a la mamá o a la pareja y físicamente a la madre por medio de respiraciones, masajes, baños en agua templadita, etc. Es decir, todo lo que sea necesario para que la labor de parto sea lo más llevadera posible. Tenemos que lograr la tranquilidad de la madre simplemente con nuestra presencia, generar un clima de confianza en el que no hagan falta las palabras.


La doula en el post parto. Tenemos que apoyar a la agotada mamá, que en muchos momentos se siente insegura y las hormonas mandan en sus pensamientos. Somos un gran apoyo en la lactancia y en los cuidados del bebito, intentando que la madre tenga confianza en sí misma y en su instinto y dotándola de seguridad (para que en un futuro pueda desenvolverse ella sola con el nene sin ningún problema).

Está más que demostrado que por medio de las doulas se logra que las mamás se sientan más seguras en todo el momento de revolución que viven desde que reciben la noticia del embarazo. Estas son algunas de las ventajas de poner una doula en tu vida en un periodo tan bonito pero a la vez tan sumamente complicado:


Se reduce el tiempo de duración del parto.

Hay menos peticiones de epidural.
El número de cesáreas es mucho menor.
Se usa un 40% menos la oxitocina sintética.
Baja el número de episotomías.
La lactancia es mucho más satisfactoria y se logra que la mamá disfrute con ella.
Se evitan muchas depresiones post parto.
El vínculo del bebé y los papás es mucho mayor.
La experiencia del parto es vivida como positiva para la pareja.





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