Si existe nuestra figura es porque es necesaria en la sociedad actual, de hecho en muchos países europeos es algo de lo más normal el que la mamá esté acompañada por una doula en el camino de la maternidad. Es cierto que no somos personal sanitario, ni pretendemos serlo, nosotras estamos para acompañar a la mamá o a la pareja fuera del ámbito sanitario. Es curioso que muchas de las doulas que conozco hayamos decidido serlo después de haber sido madres y de habernos sentido solas en dicho camino, teníamos el apoyo del padre y de la familia, pero había cierta parcela que no llegamos a cubrir con ellos, necesitabamos otra figura que nos sirviese de apoyo y que nos resolviese algunas dudas que ni matrona ni ginecólogo nos podían resolver. Más que nada porque puedes mandarle un whatsapp para preguntar lo que quieras o hacer una llamada y que te contesten a tu duda, cosa que se agradece profundamente en ciertos momentos. Y por otro lado porque la relación con la doula generalmente es mucho más estrecha, pues se genera por afinidades entre ambas mujeres no por el azar.

No me voy a meter en quién tiene la culpa o quién la deja de tener, sólo sé que con una visita al mes al ginecólogo de 5 minutos una madre no se encuentra satisfecha, en mi caso quizá cubría mis necesidades médicas pero ¿ Y las psicológicas? ¿Dónde quedan? Muchas mamás no teníamos ni derecho a matrona durante el embarazo, sólo podíamos asistir a los cursos de preparación al parto, nada de consultas individuales hasta después del parto. Y perdonen pero me parece bastante escaso, claro que si te paras a pensarlo qué vamos a pedir a un país con un sistema que considera que 16 semanas de baja maternal y 2 semanas de baja paternal son suficientes.




Por otro lado me gustaría dejar claro que como doula no me dedico a decirle a las madres lo que tienen que hacer en ningún caso y tampoco con su placenta, mi función no es decirles si se la tienen que comer cruda o a la plancha o quizás escalfada ni si tienen que dejar de hacerlo, tampoco tengo que decirles quién tiene que estar en su parto, más bien todo lo contrario. Escucho a las parejas y les ayudo a tener una vivencia lo más gratificante y más placentera posible. De hecho me parece un insulto a la inteligencia de la mujer el pensar que porque la doula se lo diga la mamá se va a comer su placenta, me parece una gran sandez, si hay mamás que lo hacen es porque están convencidas de que es lo mejor para ella o para su hijo, no porque una tercera persona se lo diga . También me gustaría recordar que en su día no escuché a nadie que nadie llamase caníbal a Tom Cruise cuando se rumoreaba que se comería la placenta de su mujer tras el alumbramiento.

Con respecto al tema del padre, las doulas lo que hacemos es intentar unir más a la pareja, hacerle entender al padre lo que siente la mujer y cómo puede apoyarla en los cambios que va sufriendo durante la gestación y una de las formas es estando presentes en el parto no sacándole del paritorio. En todo caso nosotras podemos estar ahí también pero junto a la pareja, no le quitamos el sitio al padre, porque sabemos que es lo ideal es que esté tu pareja y no la doula. Nosotras estamos pero casi sin sentirnos, debemos estar en un tercer plano y aparecer únicamente cuando sea necesario o cuando la pareja lo decida.

Lo último que quiero es agradecerle a mi matrona todo lo que me ha ayudado en estos 2 últimos años, como madre y como doula, sin ella nada habría sido igual y gracias a ella me he lanzado a esta aventura y estoy encantada :) Lo mejor fue encontrarte en mi post parto y hacer esos maravillosos talleres de lactancia. Espero poder serte útil en tu nueva maternidad y así devolverte un poquito el favor, MIL GRACIAS INGRID!  






Por fin os muestro la segunda parte del post de alimentación complementaria, al final la última parte se ha hecho de rogar, lo siento, pero la gripe se ha alojado en mi casa y ha sido complicado echarla :) Hace dos semanas empezados a hablar de alimentación y del blw, ahora continuaremos explicando cómo hacer este método a grandes rasgos. Es importante que señalar que son recomendaciones basadas en las dictadas por la OMS.




Lo primero que hay que tener en cuenta es que la leche será el principal alimento del niño hasta el primer año de vida, ya sea artificial o materna. A partir de ahí hay que ofrecer una alimentación que responda a las necesidades del niño, darles de comer lenta y pacientemente, alentándolos a que coman, pero sin forzarlos, lo mejor es hablarles y mantener el contacto visual. Lo que mejor funciona es integrarlos en la comida familiar, hay que sentarse a comer todos juntos.

Es importante mantener una buena higiene y manipular los alimentos correctamente. Empezar a partir de los 6 meses con pequeñas cantidades de alimentos y aumentarlas gradualmente según quiera el bebito, debemos hacer de la misma manera con la consistencia y la variedad. Tenemos que ofrecer alimentos variados y ricos en nutrientes, basándonos siempre en las reglas de alimentación perceptiva, es igual de importante lo que el niño come, como cuándo y dónde lo hace, también es importante tener en cuenta quién lo alimenta.

Es fundamental decir que si el niño rechaza un alimento no se le debe obligar a comerlo, lo mejor es experimentar con diversas combinaciones, sabores y texturas, de hecho, si se le ofrece unos días después ese alimento seguramente se lo coma. Lo que ocurre es que la primera vez igual no le apetecía o le extrañaba el sabor. Lo ideal es minimizar las distracciones a la hora de comer para que no pierda interés y recordar siempre que los momentos de la comida son aprendizaje y amor. 


Lo que es esencial es darle a nuestro niño una alimentación que cubra sus necesidades nutricionales, claro que no siempre estamos seguros de cuál es un buen alimento complentario, pues a grandes rasgos sería: Aquél que es rico en energía, proteína y micronutrientes como el hierro, zinc, calcio, vitaminas, ... No debe ser ni picante ni salado, el niño lo debe comer con facilidad y debe ser de su gusto.

Lo mejor es que el niño coma lo mismo que el resto de la familia, siempre adaptado a sus capacidades, primero marchacadito y luego en trozos más grandes. El Baby Led Weaning no es sólo un método para aprender a comer, es un método de interacción social y familiar, por eso es tan efectivo y tan satisfactorio. 

¿Qué os parece? ¿Os animais a probarlo con vuestros pequeños? Desde aquí os avanzo que desde Little Doula en breve organizaremos talleres en los que aprenderemos mucho sobre el tema y lo pasaremos muy bien,  por si os interesa el tema y queréis asistir ;)


Esta semana la vamos a dedicar a la alimentación complementaria. Me gustaría que vieseis otra opción diferente a la convencional y luego decidieseis cómo queréis alimentar a vuestros hijos. Estoy segura de que algunos de vosotros ya conocéis este método pero otros seguro que no, me refiero al Baby Led Weaning. También me gustaría que supieseis que desde Little Doula organizamos talleres individuales y colectivos por si os interesa tener la herramientas necesarias para llevar a cabo este método sin miedos ni problemas, porque en la práctica es mejor tener un buen conocimiento del tema para no tener sobresaltos. 



Durante años hemos ido a la consulta de nuestro pediatra y nos ha dicho cómo, qué, cuánto y casi el dónde debemos dar de comer a nuestros hijos, basado en ideas preconcebidas que varían muchísimo según pasa el tiempo. De hecho, depende del especialista vamos a recibir unas instrucciones u otras, en algunos casos completamente distintas. Las indicaciones de este método están basadas en las recomendaciones de la OMS y en madres, incluyéndome a mi misma, que hemos practicado el Baby Led Weaning porque pensamos que es la forma más natural, sensorial y por qué no decirlo, divertida, de comenzar a comer sólidos.

Lo primero que vamos a tener en cuenta es que la OMS recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, pues aporta muchos beneficios tanto a la madre como al hijo. Después comenzaremos con la alimentación complementaria, lo que quiere decir que es un complemento de la leche materna que es realmente el alimento principal del bebé, ya que le aporta la mitad de los nutrientes que un niño necesita desde los 6 meses de vida hasta los 12 y a partir del año el aporte será de un tercio. Con ésto yo creo que zanjamos el tema de la leche materna no alimenta a partir de ciertos meses :) Comenzaremos a partir de los 6 meses porque es cuando el niño va a necesitar mayor aporte de hierro, o por lo menos eso se dice porque aún no está demostrado, más en el caso de los prematuros o de los recién nacidos que se les cortó el cordón antes de que dejase de latir.

Si esto es así os preguntaréis por qué entonces se recomienda empezar con los cereales a los 4 meses y medio, la respuesta es muy sencilla, pues porque se ha demostrado que uno de los factores que más previene la celiaquía es la lactancia materna y como en nuestro país la baja por maternidad es tan ridícula se decidió introducir los cereales a esa edad y así asegurarnos que el niño continúa con la lactancia materna. Lo mejor es que si el niño puede estar sin tomar nada que no sea leche materna hasta los 6 meses no lo haga, en el caso de que tengamos que reincorporarnos a trabajar le podemos introducir los cereales con y sin gluten disueltos en nuestra leche. En el caso de ser un bebé con lactancia artificial seguiría hasta los 6 meses con leche de fórmula.

Lo que es realmente cierto es que tenemos a nuestro alcance una gran cantidad de productos infantiles que no sirven absolutamente para nada, no es necesario que le demos a nuestros hijos cereales deshidratados ni alimentos específicos para bebés, más bien todo lo contrario, mientras más naturales mejor. 

¿Qué os ha parecido? ¿Lo conocíais? Comentarnos lo que querías y si tenéis preguntas también estamos encantados :)