Seguimos con unos consejitos para lograr que nuestro bebito mame sin problemas destinados, sobre todo, a esas futuras mamás que aún no tienen clara la decisión de dar o no el pecho a sus hijos. Como en el anterior post, ofrecemos una serie de puntos a tener en cuenta a la hora de optar por la lactancia.

1.- En muchas ocasiones hemos visto mamás preocupadas por si nada más nacer su hijo sale leche para alimentarle. La respuesta es: por supuesto. Desde el primer momento en que el bebé se engancha la mamá produce leche, en un principio muy poca, pero luego irá aumentando. Aunque decimos que sale poca leche no quiere decir que sea insuficiente para el bebé ya que debemos tener en cuenta que el estómago de nuestro niño es del tamaño de una canica. La primera leche, como ya sabéis, se llama calostro y es muy rica en inmunoglobulinas y leucocitos es perfecta para fortalecer las defensas de nuestro recién nacido.

2.- Una de las cosas que más oímos está también relacionada con la cantidad de leche que tenemos. A las mamás siempre nos preocupa que no sea suficiente, que nuestro pequeño se quede con hambre. Ya sabéis que la naturaleza es muy sabia, y por ello nosotras producimos la cantidad de leche exacta que necesita nuestro bebé. La cantidad de leche aumenta gradualmente, cada día tenemos un poquito más adaptándose así a las necesidades del niño tanto en cantidad como en composición. Una de las cosas que más me ayudó es saber que la teta es como un grifo, no como un brick, y nunca se termina ¡Es una forma muy gráfica y convincente de describirlo! ;)

3.- A todas nos ha pasado que estando en el hospital o durante los primeros días en casa, las abuelas o algún otro familiar o conocido nos ha dicho "este niño no tiene suficiente, se queda con hambre, hay que darle un bibe" o "con el calor que hace deberías darle un poco de agua que se va deshidratar".  Bueno, pues bajo ningún concepto, salvo que lo diga el personal sanitario, hay que darle agua, suero glucosado o leche artificial a vuestro pequeño.  Como ya hemos comentado antes el bebé tiene un estómago muy pequeño y si lo llenamos de agua luego no querrá la leche materna que es lo que necesita realmente.

4.- ¿Qué pasa con el chupete?  ¡Pues que nos olvidaremos de él hasta que pase el primer mes de vida! Ya sé que todas estamos deseando ponerle el chupete a nuestros nenes porque siempre nos hemos imaginado a nuestro hijo recién nacido muy feliz con “el tete”, pero no es aconsejable hasta que nuestro niño no cumpla un mes. El por qué es muy simple, porque para chupar un biberón o un chupete hay que mover los labios de distinta forma que para mamar, por lo que se pueden hacer un lío chupando el pecho como hacen con el chupete de forma que no sale casi leche porque se les escapa el pezón. Esto tiene como consecuencia que el bebé se pone a llorar de rabia porque no puede comer, y la madre se desespera porque se piensa que rechaza el pecho. Así que ya sabéis: al principio chupes y bibes ¡no!


Sabemos que hay muchas más preguntas sobre la lactancia, y por eso os queremos animar a nos preguntéis cualquier cosa, estaremos más que encantados de respondeos lo más rápido que podamos. Dar el paso es muy fácil: en el hilo de respuestas de este blog o a través de nuestras redes sociales. ¡Animaros mamis!


 Cuando no somos mamás parece que la lactancia es algo automático. Es como si, al nacer, el bebé mamase sin ningún tipo de problema por “inercia natural”. Pero no es así y desde Little Doula queremos intentar que amamantar a vuestros bebitos sea un momento agradable para ambos y que seáis capaces de disfrutarlo. Si tenéis en cuenta nuestros consejos, seguro que todo os resultará más fácil.

   1.- La mejor "técnica" para lograr una lactancia exitosa es dejar que, nada más nacer el bebé, éste repte por el cuerpo de la madre hasta encontrar el pezón y se enganche. Lógicamente la mamá ayudará al recién nacido a llegar al pecho. En ocasiones, los niños nacen exhaustos y tardan hasta hora y media en comenzar a mamar. El inconveniente es que, depende del hospital y del matrón/a que te toque, el niño permanecerá o no al lado de la madre en el momento de nacer, por lo que no se puede aseverar cómo ni cuándo será su primera lactancia. Para asegurarnos, lo ideal es acudir a un hospital de los denominados IHAN (Iniciativa de la Humanización de la Asistencia al Nacimiento) Iniciativa lanzada por UNICEF para acreditar a los centros que favorecen la lactancia.
   
   2.- ¡Qué no nos separen! El bebé tiene que estar cerquita de su mamá en todo momento, lo mejor es que estén piel con piel, es decir, que la mamá se descubra el pecho y el niño esté encima con poquita ropa pero con una mantita por encima. Es el mejor sitio para nuestro hijo, cerquita de nuestro corazón, ese corazón que han sentido durante tanto tiempo y les da seguridad. No es necesario que pesen a nuestro hijo nada más nacer, lo mejor es dejarle con su mamá que es donde quiere estar. Ya habrá tiempo más tarde para pesarle y demás. Es más, la atención al recién nacido se puede hacer perfectamente encima de su madre.

  3.- El bebé tiene que estar siempre, siempre, siempre acompañado de su mamá. Así cuando se despierte con hambre su mamá se dará cuenta y tardará dos minutos en alimentarle. Cuando se llevan los bebitos al nido y se despiertan sin llorar si nadie les hace caso se vuelven a dormir a los 15 minutos sin haber hecho la toma.

 4.- El pecho debe ser a demanda, es decir, a la mínima señal de hambre se debe amamantar al niño. No hay que esperar a que nuestro hijo llore ya que si llora quiere decir que está desesperado por comer. Hay que ponerle al pecho en cuanto lo pide. ¿Y cómo lo pide? -os preguntareis-, pues muy fácil: hace ruiditos, mueve sus manitas, abre mucho la boca, o incluso simplemente aumenta su actividad.

Éstos son algunos consejos, en el próximo post os daremos más pero estamos encantados de que nos preguntéis cualquier duda. Ya sabéis que en el hilo de comentarios de este post os contestaremos encantados lo antes posible.