Hoy escribimos sobre el suelo pélvico, motivados sobre todo por un caso particular que nos sorprendió. Se trata de una mamá, de unos 40 años, la cual me comentaba hace poco que estaba resignada a no tener una vida sexual plena y a vivir sufriendo pérdidas de orina. Me decía que después de los dos embarazos, los partos y las episotomías que había tenido "aquello no era ni parecido a lo que tenía antes".

Me llamó mucho la atención que hoy en día haya mujeres que vean ésto como algo normal; que crean que es una pieza más del complicado rompecabezas de la maternidad, y que hay que aprender a convivir con ello. Nada más lejos de la realidad. Es verdad que el suelo pélvico se re

siente con los embarazos, ya que tiene que soportar el peso del bebé y demás, pero para eso es esencial realizar los ejercicios de Kegel durante toda la vida, e intensificarlos en el embarazo pues nos ayudarán a realizar un buen trabajo de parto. Es bueno coger una rutina y hacerlos todos los días, por ejemplo de camino al trabajo o antes de irnos a la cama.

Hay ocasiones en las que durante el parto se usan palas, ventosa o forceps y el suelo pélvico se resiente mucho más. Por ello es necesario ir al especialista para que nos ayude a recuperarnos, ya que es un músculo y haciendo los ejercicios necesarios lo podemos volver a fortalecer y  sentirnos fenomenal. Lo malo es cuando las mujeres no somos informadas y nos conformamos con seguir viviendo incómodas y con restricciones por miedo a sufrir pérdidas. Por ejemplo dejamos de hacer nuestro deporte favorito o nos da miedo hasta estornudar. Por otro lado renunciamos a nuestra vida sexual satisfactoria con lo que nos sentimos frustradas y, por supuesto, afecta mucho a nuestra vida en pareja.


Por eso, desde Little Doula queremos animaros a que os informéis y a consultar, puesto que es un problema que tiene fácil solución. Es verdad que depende de la situación requiere un tratamiento u otro, pero siempre hay solución. 


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